sábado, 27 de junio de 2009

Jackson, el niño genio

Qué que sentí cuando informaron que Michael Jackson había fallecido...mmm, la verdad nada.
Sin embrago, debo aceptar que su muerte me hizo confrontar el hecho de que el tiempo pasa por la vida como el agua pasa entre las manos: "hoy estás, mañana quién sabe..."
Aunque nunca fui su fan, durante los ochentas y noventas crecí con las con sus canciones en la radio. Muchos como yo pensamos: "huy de aquí a que muera Michael Jackson o Madonna (que hasta hace apenas unos días eran las dos estrellas más famosas y reconocidas en el planeta) está canijo, pues bien, acaba de morir el primero de ellos.
Genio incomprendido, icono del música contemporanea, parte aguas del vídeo clip, rey absoluto del pop, víctima del sistema o pedofilo insaciable, como sea que se le quiera ver Michael Jackson es desde hoy y para siempre, referencia básica de la historia de la música.
Alguna vez, un viejo me dijo que es mejor recordar a las personas por sus cualidades y no por sus defectos, bien Michael me quedo con eso, decansa en paz...



domingo, 14 de junio de 2009

Feminista

Jamás me he considerado seguidora de ningún precepto, religión o doctrina social o cultural, sigo mi camino con la mejor actitud, la mayor libertad posible en mis actos y la responsabilidad que de ellos se deriva. Hasta hoy todo me ha resultado bien, muy bien, pero si esto es ser feminista, señores yo también lo soy, hoy me adjudico este concepto porque tengo la fuerte convicción de que este mundo puede ser mejor para hombres y mujeres, puede ser mejor para todos, para todo ser vivo que se jacte de serlo.

SOY FEMINISTA
Nunca he declarado la guerra a los hombres; no declaro la guerra a nadie, cambio la vida: soy feminista. No soy ni amargada ni insatisfecha: me gusta el humor, la risa, pero sé también compartir los duelos de las miles de mujeres víctimas de violencia: soy feminista.

Me gusta con locura la libertad más no el libertinaje: soy feminista.
No soy pro-abortista, soy pro-opción porque conozco a las mujeres y creo en su enorme responsabilidad: soy feminista.
No soy lesbiana, y si lo fuera ¿cuál sería el problema? Soy feminista. Sí, soy feminista porque no quiero morir indignada.
Soy feminista y defenderé hasta donde puedo hacerlo a las mujeres, a su derecho a una vida libre de violencias.
Soy feminista porque creo que hoy día el feminismo representa uno de los últimos humanismos en esta tierra desolada y porque he apostado a un mundo mixto hecho de hombres y mujeres que no tienen la misma manera de habitar el mundo, de interpretarlo y de actuar sobre él. Soy feminista porque me gusta provocar debates desde donde puedo hacerlo.
Soy feminista para mover ideas y poner a circular conceptos; para deconstruir viejos discursos y narrativas, para desmontar mitos y estereotipos, derrumbar roles prescritos e imaginarios prestados.
Soy feminista para defender también a los sujetos inesperados y su reconocimiento como sujetos de derecho, para gays, lesbianas y transgeneristas, para ancianos y ancianas, para niños y niñas, para indígenas y afrodescendientes y para todas las mujeres que no quieren parir un solo hijo más para la guerra.
Soy feminista y escribo para las mujeres que no tienen voces, para todas las mujeres, desde sus incontestables semejanzas y sus evidentes diferencias.
Soy feminista porque el feminismo es un movimiento que me permite pensar también en nuestras hermanas afganas, ruandesas, croatas, iraníes, que me permite pensar en las niñas africanas cuyo clítoris ha sido extirpado, en todas las mujeres que son obligadas a cubrirse de velos, en todas las mujeres del mundo maltratadas, víctimas de abusos, violadas y en todas las que han pagado con su vida esta peste mundial llamada misoginia.
Sí, soy feminista para que podamos oír otras voces, para aprender a escribir el guión humano desde la complejidad, la diversidad y la pluralidad.
Soy feminista para mover la razón e impedir que se fosilice en un discurso estéril al amor.
Soy feminista para reconciliar razón y emoción y participar humildemente en la construcción de sujetos sentipensantes como los llama Eduardo Galeano.
Soy feminista y defiendo una epistemología que acepte la complejidad, las ambigüedades, las incertidumbres y la sospecha. Sé hoy que no existe verdad única, Historia con H mayúscula, ni Sujeto universal. Existen verdades, relatos y contingencias; existen, al lado de la historia oficial tradicionalmente escrita por los hombres, historias no oficiales, historias de las vidas privadas, historias de vida que nos enseñan tanto sobre la otra cara del mundo, tal vez su cara más humana.
En fin soy feminista tratando de atravesar críticamente una moral patriarcal de las exclusiones, de los exilios, de las orfandades y de las guerras, una moral que nos gobierna desde hace siglos.

Trato de ser feminista en el contexto de una modernidad que cumple por fin sus promesas para todos y todas. Como dice Gilles Deleuze "siempre se escribe para dar vida, para liberarla cuando se encuentra prisionera, para trazar líneas de huida". Sí, trato de trazar para las mujeres de este país líneas de huida que pasen por la utopía. Porque creo que un día existirá en el mundo entero un lugar para las mujeres, para sus palabras, sus voces, sus reivindicaciones, sus desequilibrios, sus desórdenes, sus afirmaciones en cuanto seres equivalentes políticamente a los hombres y diferentes existencialmente.

Un día, no muy lejano, espero, dejaremos de atraer e inquietar a los hombres; dejaremos de escindirnos en madres o putas, en Marías o Evas, imágenes que alimentaron durante siglos los imaginarios patriarcales; habremos aprendido a realizar alianzas entre lo que representa María y lo que significa Eva.

Habremos aprendido a ser mujeres, simplemente mujeres. Ni santas, ni brujas; ni putas, ni vírgenes; ni sumisas, ni histéricas, sino mujeres, resignificando ese concepto, llenándolo de múltiples contenidos capaces de reflejar novedosas prácticas de sí que nuestra revolución nos entregó; mujeres que no necesiten más ni amos, ni maridos, sino nuevos compañeros dispuestos a intentar reconciliarse con ellas desde el reconocimiento imprescindible de la soledad y la necesidad imperiosa del amor.

Por esto repito tantas veces que ser mujer hoy es romper con los viejos modelos esperados para nosotras, es no reconocerse en lo ya pensado para nosotras, es extraviarse como lo expresaba tan bellamente esta feminista italiana Alessandra Bocchetti. Sí, no reconocerse en lo ya pensado para nosotras. Por esto soy una extraviada, soy feminista. Y lo soy con el derecho también a equivocarme.

Florence ThomasCofundadora del grupo Mujer y Sociedad
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
Marzo, 2008

sábado, 6 de junio de 2009

Trabajo infantil

Leyendo Milenio Hidalgo online me topé con este trabajo fotográfico que se titula "Cosechan su infancia entre tierra y agua" realizado por Juan Vázquez, el cual me pareció un extraordinario fotoreportaje, tanto por la manera de hacer una denuncia social como por la belleza de las imagenes.
Amigo usted me ha dejado sin palabras...


Fotoreportaje

Sobre la carretera Mixquiahuala-Actopan, a la altura de la región del Mexe, trabajan en la pizca de ejote cerca de 75 niños de Tlapa en Guerrero, laboran 10 horas diarias y ganan 1.20 pesos por kilo recolectado.



Aunque laboran entre 10 y 12 horas, seis días a la semana, el arduo trabajo no logra borrar la sonrisa de 45 niños jornaleros. Foto: Juan Vázquez



Niños y niñas de entre 8 y 15 años, trabajan de jornaleros, algunos siguiendo a sus padres y otros por necesidad. Foto: Juan Vázquez



No tienen un lugar fijo donde laborar. Recorren varios estados del país en busca de que alguien pague por su trabajo. Foto: Juan Vázquez



Pizcan entre 9 y 10 kilos por día. Reciben 1.20 pesos por cada kilo. Esto se traduce a 72 pesos cada ocho días. Foto: Juan Vázquez



Los infantes realizan trabajos que ocupan la fuerza de un adulto, aún así no reniegan y hacen su mayor esfuerzo. Foto: Juan Vázquez



Algunos niños pasan sus primeros años entre tierra y plantas. Adecuandose al que podría ser su trabajo más adelante. Foto: Juan Vázquez


Todos estos niños vienen de Tlapa de Comonfort, uno de los municipios más pobres del País ubicado en Guerrero. Foto: Juan Vázquez

miércoles, 3 de junio de 2009